lunes, 1 de julio de 2019

¡NO QUEREMOS COLOREAR, SOMOS CREADORES!

2 ¡NO QUEREMOS COLOREAR, SOMOS CREADORES!




 Pido disculpas a todas las personas que han regalado a mis hijas cuadernos para colorear, se lo he agradecido con educación y, poco después, han desaparecido misteriosamente de casa...
Entre las páginas del libro “Cuéntame Cómo Pintar” podrás encontrar las motivaciones relacionadas al desarrollo cognitivo para eliminar el "colorear" de la vida de tus artistas.

Mientras tanto, en mi entorno la batalla continua, porque no, no es una buena idea pedir a los más pequeños que rellenen formas sin sentido que enseguida aprenden a relacionar con elementos de la naturaleza.

Estereotipar el mundo es un arma maravillosa para criar a seres sin espíritu crítico y convertirlos, de esta manera en espectadores pasivos de la vida que se les ofrece.

Durante la infancia el principal trabajo de los seres humanos es el de descubrir el mundo, ese que percibimos solo nosotros mismos a través de la experiencia personal.

Antes de que la luz llegue a nosotros para mostrarnos las formas de lo que vemos, debemos darnos la oportunidad de experimentar sensaciones agudizando nuestros sentidos para aclarar las tinieblas de lo que aún no comprendemos.




La exploración sensorial es el motor principal del desarrollo en las primeras etapas de los seres humanos. El mundo está repleto de olores, sabores, texturas, sonidos, colores, contrastes entre luces y sombras... 





¿En serio quieres obligar a tu pequeño artista a creer que un árbol es verde, una nube es blanca y que el sol es amarillo?
Por no hablar de los álbumes destinados a colorear personajes de películas o dibujos animados, nada mejor para criar seres ligados a la moda del momento, que cambia lo suficientemente rápido como para tenerlos ocupados constantemente si no quieren quedarse atrás...
Y ahora pasemos a los famosos álbumes de mandala que están tan en auge. ¿En serio piensas que hacer un mandala es pasar horas coloreando dibujitos ordenados en círculos? El mundo del Mandala se merece un poco más de consideración.
Nada que objetar a los adultos que deciden adherir a estos álbumes autodenominados “arte terapia”, cada uno es libre de emplear su tiempo como mejor le plazca, pero de ahí a proponerlo a niños pequeños hay un abismo.

Más adelante explicaré la manera de proponer el mundo de los Mandala a los más pequeños, por ahora reitero que pedirles que coloreen este tipo de dibujos es contraproducente y todo lo contrario de terapéutico.


Me entristece en gran medida ese intento de meter a la infancia dentro de la raya, por ello pido de corazón que elimines los contornos del mundo de tus pequeños artistas y les permitas irradiar su luz hasta que cada uno encuentre las formas de su propio universo.




Y si alguien te regala, con toda la buena intención del mundo, un álbum para “colorear” y no quieres que se sienta mal (que tampoco es eso...) permite que tus artistas lo inspeccionen, dales unos cuantos colores y permite que jueguen con él un rato.
 Alaba sus garabatos y, sobre todo, celebra con alegría que se salgan de esas rayas sin sentido.
 Si alguien intenta reconducir el “desvío” de tus artistas, saca un té y unas galletitas para distraer la atención y explica con mucho cariño que prefieres que el niño/a se salga de la raya porque es más divertido. Con un poco de suerte tu artista se irá hacia las galletas olvidando el álbum y con la excusa de se vaya a manchar lo pones a buen recaudo y listo.
¡Puff! Mañana ya no se encontrará por ninguna parte.




Las niñas y los niños que se asoman a la vida no vienen a colorear nuestro mundo sino a crear mundos nuevos.
¡Dales su oportunidad!

martes, 25 de junio de 2019

¡A PINTAR GARABATOS!


1 EJERCICIOS CON GARABATOS


Es importante que los artistas muy pequeños experimenten sus primeros garabatos sobre un soporte individual: un papel solo para ellos en el que nadie más deberá intervenir.


- Prepara una superficie horizontal con un grande folio de papel de embalar marrón.
  • Pon música alegre y deja que el sonido contagie el ambiente de ritmo y movimient.
  • Antonio Vivaldi es un buen comienzo: Concerto n.º 1 en mi mayor, Op. 8, RV 269, «La primavera»
Recuerda que la música es tiempo y la pintura es espacio, unir ambas cosas en un momento eterno y en un espacio figurado es una experiencia sublime.
  • Luego ofrece al artista un folio blanco más pequeño que el que has colocado como base y ofrécele un boli.
  • Los lápices se consumen y la punta se puede quebrar fácilmente. Los rotuladores tampoco son indicados, a pesar de sus colores atractivos y de la suavidad del trazo, es fácil que los artistas acaben rallando el papel sin que se atisbe una sola raya y preguntándose adónde ha ido a parar la punta después de la primera embestida.

Los bebés no controlan la furia de su entusiasmo y debemos animarles a experimentar su fuerza creadora eliminando los impedimentos más banales.

Por eso, la solución más acertada es optar por un simple bolígrafo.


  • Ayúdale a empuñarlo; la posición correcta es apoyar el bolígrafo sobre el lateral del dedo corazón y sostenerlo delicadamente entre el pulgar y e índice de la mano predilecta del artista.
  • Permite que sus garabatos desborden el papel blanco sin hacer ningún tipo de comentario al respecto, para eso hemos preparado la superficie con el papel más grande, para que no haya límites y para que salirse del soporte no acarree ninguna consecuencia que pueda provocar el cese del disfrute.

Celebra su momento y jamás le pongas nombre a sus formas.
El artista no quiere ser un Leonardo da Vinci, ni tampoco pretende impresionarte con su obra.
Tú no cuentas, es su momento, solo suyo y lo único que necesita para vivirlo intensamente, es que lo acompañen desde la alegría.







VARIANTE

El juego del garabateo puede ser una buena excusa para divertirnos junto a nuestros pequeños.
Coge un folio, un boli y ponte a trabajar al lado de tu artista.
De vez en cuando garabatea en el aire, las formas pintadas en el aire pueden viajar muy lejos si las ayudas con un buen soplido. Mueve tus manos al son de la música, conviértete en un enorme garabato lleno de energía creadora. Si tu artista te mira, clava tu mirada en sus pupilas y sonríe, porque en ese preciso instante habrás tenido el privilegio de dibujar un recuerdo en su memoria que ni el vendaval más animado podría borrar jamás.
Salid del folio blanco con vuestros garabatos, salid del espacio del papel con vuestros gestos y disfrutad de un tiempo infinito garabateando juntos en el aire como si quisieseis dirigir una orquesta imaginaria. Sobre el folio quedará fijado un revoltijo de tinta, y en el aire todas las edades quedarán enmarañadas en un alegre bailoteo de libertad.

Por si nadie te lo había dicho nunca:

¡Tú también eres un garabato!









lunes, 17 de junio de 2019

CUÉNTAME HISTORIA CON ARTE



En estas páginas pretendo tomar de artistas de todos los tiempos los aspectos que interesen para estimular la mente creativa en relación a la actividad pictórica que nos ocupe en cada momento.
Los datos biográficos o analíticos de cada artista los podréis consultar directamente de una forma cómoda, rápida y sencilla en el gadget de Wikipedia que se encuentra en la columna de la derecha.



1 LOS GARABATOS DE MIRÓ

Joan Miró i Ferrà (1893- 1983)

Para empezar a contar historia con arte se me ocurre que nadie mejor que Miró pueda entender lo que quiere decir disfrutar de un garabato.





Miró siempre quiso pintar a pesar de la oposición de su familia. A los diecinueve años enfermó gravemente y los meses de postración sirvieron para definir su futuro. Cuando emergió de las aguas turbias de la fiebre, decidió con firmeza dedicar su vida a la pintura y dejar de intentar ser lo que los demás pretendían de él.

Me gusta pensar que dentro de sus cuadros fue metiendo todo un universo de juegos y juguetes, porque en su agonía solitaria durante los años de incomprensión, los había ido relegando en un rincón apartado de su alma, pero seguían allí, esperando en silencio el despertar de su salvador y él, los supo encontrar. 





También me gusta imaginar a Miró entre botes y pinceles, con una gran sonrisa, mientras desempolva uno a uno los motivos de alegría que le habían sido negados durante su infancia. Es así como nos encontramos adivinando animales entre marañas de líneas o personajes disimulados tras colores estridentes desde donde lanzan guiños traviesos a quienes se atreven mirar más allá de las manchas.













Miró hacía garabatos y les ponía nombres para que iniciasen una nueva existencia.
Nuestros pequeños artistas hacen garabatos sin necesidad de nombrar nada, porque si les permitimos explorar sus enredos de líneas, nunca tendrán que emplear su tiempo en desenterrar alegrías.











Enlaces relacionados: SOYUN GARABATO



viernes, 14 de junio de 2019

1 SOY UN GARABATO


SOY UN GARABATO


Un niño o una niña que disfruta de sus dibujos está en un proceso en el que se siente libre de experimentar su existencia.






Los primeros garabatos son tan importantes como los primeros pasos. A partir de esos gestos, los bebés van construyendo una sólida estructura sobre la que apoyar su autoestima.

Si hay en tu vida un pequeño artista, dale un boli, un gran folio de papel y ayúdale a empuñar el instrumento lo mejor posible.
Mira su carita, sus ojos concentrados en aquello que está sucediendo mientras agita su mano, su brazo y hasta su cuerpo entero. Sus movimientos quedan fijados en un revoltijo de enredos y rayas que desafían lo efímero del gesto.
Si se para, no surgen nuevos garabatos, sin embargo puede observar por un tiempo infinito su obra anclada en el folio.

Para un bebé el infinito habita en un suspiro.

Igual, después de un breve momento, se da la vuelta y busca nuevos estímulos para experimentar el mundo, pero si le damos la posibilidad, siempre buscará de nuevo el boli para seguir experimentando su rastro vital.
Puede pasar que dramatice su obra arañando el papel con furia, desgarrando los enredos de líneas hasta convertir su ímpetu en jirones de papel. Puede pasar que su trazo sea sutil como una caricia, que sea una sucesión de trazos parecidos a un tartamudeo o una línea constante que no quisiera acabar jamás su danza de entresijos.
Pueden pasar muchas cosas durante este ejercicio de vida, pero hay algo que supone una constante en este juego del arte: el artista experimenta su transcendencia, entiende que su Ser puede dejar una huella en el mundo, afirma su existencia.

El primer garabato es un momento tan importante de la infancia que, quienes tenemos la suerte de presenciarlo, deberíamos registrarlo en nuestras memorias de adultos como algo solemne que poder contar a nuestros pequeños en el futuro.

Porque si el primer paso de este ademán, en apariencia inocuo, es entender que tenemos un impacto en la tierra, el paso siguiente consiste en ejercitar la intención en un juego de aciertos y errores llamado vida.

A partir de nuestro primer garabato comenzamos a decidir si nuestro paso por el mundo dejará una huella de arañazos o un surco de caricias.



Si deseas completar esta experiencia con un poco de historia contada con arte ve al siguiente enlace:   1LOS GARABATOS DE MIRÓ


lunes, 18 de marzo de 2019

Mamá, papá, yo de grande ¡quiero ser!

Mamá, papá, yo de grande ¡quiero ser! Hace años, empecé a realizar cursos de Educación, de Expresión Creativa y Pintura para niñas y niños en varias sedes de Florencia.
No soy una profesora. Los niños y las niñas me llaman Mónica, y saben que estoy ahí por y para ellos.
No les enseño nada, simplemente, aprendemos juntos.
Lo único que intento es darles lo que soy, porque, cuando estoy rodeada de niños, soy feliz.
Las preguntas se han multiplicado con cada nuevo artista que se acerca a mis cursos, creando un planeta de ideas enmarañado que hemos tenido que ir ordenando poco a poco.
¡Y lo que nos queda!
Para cada pregunta, exigencia del guión o curiosidad, ha llegado una respuesta convertida en un cuento que algún día también me gustaría compartir con el resto del mundo.
Muchas personas creen mandar a sus hijos a la escuela para que, cuando crezcan, sean alguien.
¡Cómo si ya no lo fueran!
¿Para ser ese alguien hay que esforzarse, sufrir, pasar horas encima de textos insípidos, textos plagados de imágenes estereotipadas?
No.
Lo que realmente importa es que cada uno entienda lo antes posible quién es.
Todos y cada uno de nosotros tiene un talento único, un don que desarrollar con responsabilidad para llegar a la excelencia del ser que ya es.
Los dones y los talentos están ahí desde que nacemos, son nuestras semillas más preciadas, que esperan el momento de germinar.
El objetivo del proceso educativo debería ser ayudar a emerger la verdadera identidad de las personas para conseguir una humanidad mejor
Mi deseo es que las personas que decidan proponer este recorrido educativo a sus niños y niñas, lo hagan desde el mismo lugar desde donde fueron ideados: el corazón.
Mi deseo es que los niños que se acercan a estos cursos encuentren su centro para que, cuando alguien les pregunte qué quieren ser de mayores, ellos puedan responder con fuerza:
¡Yo, de mayor quiero ser!

Todo este recorrido me ha servido para entender que yo soy en cada momento todo lo que siempre he sido.